LA INFORMACIÓN Y LA MEMORIA CREATIVA


Las informaciones aparecidas en distintos diarios de todo el mundo y España, además de otras informaciones audiovisuales de distintas épocas y que parten de finales de los años 30 del siglo XX, que han sido recopiladas en la actualidad por el malagueño Rogelio López Cuenca, le sirven como referencia directa a este artista (en adelante RLC) para devolvernoslas materializadas en diferentes soportes, tanto en exposiciones del material recopilado documentalmente como en un libro, además de la posible creación de una escultura en la que según RLC “renunciamos a los materiales nobles típicos del monumento (bronce, mármol, granito) y optamos por el hierro y el hormigón, domésticos, comunes, cotidianos, urbanos, proletarios”, y tambien por medio de una web donde se encuentran una amplia variedad de aportaciones audiovisuales, creada expresamente para difundir su proyecto: Málaga 1937, nunca más.



La documentación y, podríamos decir el documental, es el medio por el que RLC nos devuelve esos materiales presentes en la prensa de época. Documentación, porque es éste el método de trabajo propio de otras disciplinas más que del propio medio artístico. Por el que se crea parte de la propia obra que trata básicamente de la recopilación de una amplia cantidad de materiales de distintas calidades y que, por si solos, no dejarían de ser anecdóticos dentro de la gravedad de las informaciones que contienen, pero que, al ser agrupados, toman cuerpo y orientan significativamente la intencionalidad ideológica que sólo el hecho de realizar su recopilación identifica en estos, nuestros días, a los que manifiestan su interés dentro de un sector del pequeño espectro político de nuestra vida social.


En palabras de RLC: “Rechazamos la idea de la obra de arte como decoración y apostamos por su carácter de utilidad, de uso”, siendo justamente éste el argumento que justifica la huida de la creación de una obra al uso y que su producción se oriente hacia el ya comentado medio de recopilación documental, en este caso, erigida sobre la memoria, memoria que vuelve sobre esa memoria en la que el olvido no ha conseguido triunfar.


Eugenio Trías recordaba en su libro: La memoria perdida de las cosas, que “sólo desde cierta lejanía respecto al mundo real es posible abrirse a una comprensión lúcida del mismo, sólo desprendiéndose de un mundo que se origina del derrumbamiento del mundo mismo en que habitan cosas y abriéndose a la revelación del vacío y a la conciencia de la ausencia que sustenta este mundo en el cual vivimos. Pero esa lejanía debe ser contrarrestada con una conciencia viva con ese mundo sin cosas, toda vez que es sólo en él donde pueden brillar indicios y vestigios de lo que huyó o de lo que está acaso por venir. La experiencia filosófica de hoy tiene, pues, en la falta de las cosas, y en la memoria y esperanza que esa falta, sentida dolorosamente, desencadena, su apoyatura mundana” (Trias, E., 1988: 81). Y como afirma también Fernando Castro Flórez, “el arte sabe de la importancia de destacarse del tiempo, para buscar las correspondencias como un encuentro (memoria involuntaria) que detiene el acelerado discurrir de la realidad” (Castro Flórez, F., 2006: 39).


La importancia de la memoria como tema de creación en el mundo del arte va haciéndose un importante hueco en nuestra cultura, aparte de ese espacio al que se le había relegado al arte y que tenía más que ver con un arte creado para conmemorar, y para edificar sobre memoria del contrato social, en el que no había lugar a disidencias. Sucede ahora que esta memoria tan denostada esta volviendo por medio de este tipo de creaciones, y por unas esquelas que son publicadas actualmente en distintos medios de prensa por parte de los familiares y descendientes de uno y otro bando, convirtiéndose en, según afirma Francisco Ferrándiz en un artículo de Nuria Tesón en El País, en “un elemento, un espacio simbólico más donde (…) la generación de nietos de la derrota no está conforme con los pactos de la transición".


Sobre el mismo tema de la memoria y de como ésta condiciona, nos encontramos con una artista que trabaja sobre la memoria inconsciente y la identidad, sobre los recientes acontecimientos de guerra en su país y de cómo estos hechos se reflejan en una sociedad como la serbia. Sus resultados son bastante más impactantes quizás tambien porque Marina Abramovic en sus videocreaciones habla en primera persona y no en tercera como RLC.


En esta performance realizada con huesos de vaca "los huesos aún sangrantes recuerdan a las incontables victimas de la guerra. Con el lavado ritual de cada uno de los huesos, empieza la asimilacion del número de victimas" (Martin, S., 2006: 26).




Bibliografía:
- Castro Flórez, Fernando, Mieux vaut un desastre qu’un désetre (Fragmentos y derivas artísticas antes de hundirme en la tontería sin fondo), en Becados Manuel Rivera, Diputación de Granada, Granada, 2006.
- Martin, Silvia, Videoarte, Taschen, Bonn, 2006.
- Trias, Eugenio, La memoria perdida de las cosas, Mondadori, Madrid, 1988.