A MODO DE PRÓLOGO

Para poder entrar a reflexionar sobre el arte contemporáneo y su presencia (o ausencia) en los medios de comunicación, nos parece pertinente iniciar este blog delimitando, por un lado, qué se va a entender aquí por arte contemporáneo y por otro, en qué acontecimientos vamos a poner nuestra atención a la hora de analizar el tema propuesto.

El hecho de que la historia del arte se haya estructurado siempre desde un punto de vista cronológico más que artístico, asumiendo incluso criterios históricos para establecer las diferentes etapas de su recorrido, ha provocado entre los historiadores del arte y algunos críticos cierta confusión terminológica y una gran falta de unanimidad a la hora de definir y acotar qué es el arte contemporáneo.

En 1998, Natalie Heinich publica Le triple jeu de l’art contemporain, donde propone un punto de vista diferente, tratando el arte contemporáneo no como un período cronológico de la historia del arte, sino como un género artístico con unas características propias que lo distinguen de otros géneros. En España, Felix de Azúa, secunda esta postura en su artículo ¿Qué arte contemporáneo? (Revista Letras Libres, nº21, febrero 2003), y es también la que vamos a mantener a lo largo de este recorrido. De modo que entenderemos el arte contemporáneo como un género que nace en los años 60, enlazando con la estela dejada por Duchamp, y que llega hasta nuestros días. Un género en el que se desterra definitivamente el valor de la habilidad técnica, propio del arte clásico, y donde la obra, como sí que ocurre en el arte moderno, ya no es el foco de atención, pues lo que interesa son las conexiones, relaciones, significados y situaciones que entre ésta y el espectador se producen. El espectador entra a formar parte de la obra, y el objeto artístico deja de ser lo esencial de la práctica artística, que pasa del purismo (pintura, escultura, arquitectura…) a la integración y mezcla de medios y de técnicas.

Aclarado este punto, lo que pretendemos es observar y analizar cómo los medios de comunicación presentan al público las obras y los artistas englobados en este género, dando relevancia a los hechos más representativos que ocurran o hayan ocurrido recientemente en este sentido. Veremos si es más trascendente la presencia o la ausencia de lo contemporáneo en los contenidos artísticos que proponen los medios y también si esa presencia se lleva a cabo con rigor o si se juega a la fácil ridiculización de las prácticas artísticas contemporáneas. Iremos trayendo ejemplos de todo ello a esta página y esperamos las opiniones y colaboraciones de quien se acerque a nosotros.